Jamás imaginé un escenario como el que estoy viviendo en esta época (COVID-19), literalmente es el día en el que el mundo se paralizó. He leído un poco de historia sobre las pandemias que se han suscitado alrededor del mundo, con la intención de estar preparado para algún evento extraordinario. Si la humanidad sobrevivió aquellos días, estoy confiado que hoy podemos lograrlo. Sin embargo, todo evento tiene un costo, es cierto que se perdieron vidas y no quiero ni imaginar el monto. Aun así, es bueno estar consciente de lo que nos puede pasar. Creelo, el virus del COVID-19 es real y está mermando lentamente a la población mundial, aunque este virus no los podemos ver, ahí está.
Esto suena como lo que nos decían las Abuelas, Si no te vas a dormir temprano, el COCO vendrá y te comerá. Qué días aquellos de ingenuidad o mejor dicho de felicidad. ¿Habrá solución a esta enfermedad? Esperemos que sí, ya que los científicos están colaborando de una forma impresionante para encontrar la vacuna. Por lo mientras solo podemos hacer una cosa: Hacer caso a la Abuela e irnos a dormir temprano. Esto quiere decir que mantengamos una mínima interacción con las personas lo más que podamos (distanciamiento social). La higiene debe ser más estricta, lavar la manos, cubrirse la boca, todo eso que has escuchado.
¿Y tú, qué hiciste cuando declararon la cuarentena?
Lo primero que pensé fue “debo regresar con mi familia”. Sin embargo, aquí donde estoy laborando la comunidad tiene la posibilidad de trabajar con grupos de investigación a nivel internacional. Así fue mi experiencia; tuve interacción con personas que llegaron en un momento de crisis al otro lado del mundo. Entonces, lo que hice fue asumir mi responsabilidad como posible candidato. Si lo sé, es muy duro pensar de esta manera, y fue así que la oportunidad de regresar con mi familia quedó fuera.
Como investigador postdoctoral tuve que emigrar a otra ciudad, es un lugar nuevo que aún falta por explorar.
Lo que aconteció a esta realidad fue prepararme tanto en lo personal como en lo profesional, ya que se nos había informado de un paro laboral presencial (Home Office) hasta el 30 de Abril y que pronto se extendió hasta el 30 de Mayo. En lo personal, tuve que llenar la alacena, meditar y no entrar en pánico. En lo profesional, aun asistí al laboratorio tomando medidas de distanciamiento social, ya que debía recabar los datos experimentales para poder sentarme a redactar. Y así fue , logré tomar lo más esencial.
¿Cómo ha cambiado tu vida?
Cambio radicalmente, yo soy un apasionado, amo hacer y divulgar ciencia. Ahora, el COVID me ha limitado a cuatro paredes de color blanco, donde paso la mayor parte del tiempo conectado al ciberespacio. La primer semana fue de confusión total, cada quien trata de entender y hacer lo mejor que puede con lo que tiene a la mano. Llega un sentimiento de supervivencia. De repente, la burbuja en que estás sumergido revienta, te levantas y no lo crees pero el mundo como lo conocías ya no lo es.
Lo que se observa no se puede negar, desde mi ventana todo se ve casi igual, los automóviles van y vienen todo el día. Los negocios se niegan a cerrar, y las personas se resisten a no laborar, entiendo el vivir día a día tratando de conseguir sustento para su familia. Y es por eso que las personas llevan puesto un cubreboca como una señal para que esto llegue al final.
¿Qué has aprendido durante el confinamiento voluntario?
Tener contacto es esencial para no sentir soledad. Esto lo he logrado ya sea de forma presencial y/o digital. Creo que en estos momentos la tecnología juega un papel especial . Te contaré una experiencia. Un día, platicando por videoconferencia con mi novia, jugamos a preparar una taza de café, ella tenía previa experiencia preparando material para divulgar, y yo al mirarla también lo quería experimentar. Así que me lancé sin pensar todo lo que conlleva grabar y editar un tutorial. Aquí abajo puedes ver el resultado:
Cinco minutos de cafe-tutorial me tomaron 30 minutos de grabación y 3 horas de edición. Eso fue un trabajo enorme que solo se puede hacer con tiempo y dedicación. Sin embargo, me di cuenta que tengo las herramientas mínimas para poder crear: Computadora, micrófono y software de edición (DaVinci Resolve 16, gratuito). Así que descubrí una nueva actividad y ahora el tiempo de soledad comenzó a desaparecer, porque nació en mí el deseo de crear. Así que estoy seguro de lanzarte este reto, descubre una nueva actividad, verás que es genial lo que puedes lograr en estos tiempos de dificultad.
Al día de hoy, quiero comenzar otro proyecto “crear un curso online”. Y así, no dejar de divulgar y enseñar ciencia a los demás.
¿Cuáles son tus deberes, en un programa de posdoctorado, en estos tiempos aislados?
Se viene una avalancha de responsabilidades, la principal es redactar un artículo científico basado en los resultados experimentales sobre el desarrollo de materiales. En el laboratorio creamos películas delgadas (espesores menores a una micra) con el objetivo de aplicarlas en celdas solares. Por lo tanto, mi deber como investigador posdoctoral es mostrar a la comunidad científica las propiedades ópticas y eléctricas adecuadas para aplicación fotovoltaica de nuestro material. Si te preguntas en dónde esta mi laboratorio, pues ni más ni menos que en el Instituto de Física de la BUAP.
Vamos directo al punto, te voy a compartir cuáles son los deberes que se me vienen:
- Reporte final del proyecto: No se que tanto pueda escribir aquí el trabajo experimental esta en pausa. Así que trataré de ser creativo para finalizar mi proyecto.
- Protocolo de proyecto de investigación para solicitar un segundo año de beca postdoctoral en el fondo SEP-PRODEP.
- Participar en convocatoria posdoctoral CONACYT-Nacional, para tener una oportunidad laboral más para Agosto 2020-2021.
- Buscar trabajo, sin duda esto es lo más estresante. Hay pocas convocatorias, en las cuales se solicitan especialistas de energías renovables en ciencia de materiales. Como todo, piden 5 años de experiencia, un perfil de excelencia, contar con SNI y mucha docencia.
Aquí termina el Diario 01 del COVID. Ahora es tu turno, de contar una historia:
¿Comó te ha ido durante la cuarentena?
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